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Published On: jueves, 20 noviembre 2025

BUKANEROS SOLIDARIOS EN BUSCA DE LAS CUMBRES MAS ALTAS DE TODA ESPAÑA

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  • El pasado 10 de noviembre, un grupo de montañeros del club madrileño Bukaneros Solidarios, ascendió junto a sus pares de la Asociación IBILKI, al mítico Monte Gorbeia en Euskadi, avanzando en su proyecto de coronar las cimas más emblemáticas de toda España con deportistas de montaña con discapacidad visual. 

Parque Natural del Gorbeia, 8-10 noviembre 2025

Club de montaña Bukaneros Solidarios

GORBEIA, UN NUEVO HITO EN EL CAMINO HACIA LAS MÁS ALTAS CUMBRES DE ESPAÑA.

Nos embarcamos en una nueva aventura. Esta vez con el objetivo de coronar el monte Gorbeia, mítico en Euskadi y una cumbre más en nuestro proyecto de coronar las cimas de todas las provincias de España.

Quedamos en el parking de Pagomakurre el sábado 8 a las 16h, para iniciar la subida al refugio con luz natural, unos 3 km. Llevamos también tres barras direccionales, herramientas indispensables para guiar en montaña a quienes no pueden ver el sendero: Reme, Érika y Jesús, montañeros que avanzan sin la vista, pero con una determinación que ilumina el camino. Además cargamos con todo lo necesario para aguantar hasta el lunes, cuando regresaremos a los coches. Iniciamos un ascenso continuo, con algún repecho más empinado. El clima no acompaña, viento y lluvia intermitente que hacen incómodo el camino, al tiempo que el otoño se manifiesta en su máximo esplendor. Los colores, los olores, el sonido del agua… Compensa, sin duda.

Alcanzamos el refugio del Gorbeia, https://gorbeiakoaterpea.eus/es/ un lugar cargado de historia que hoy gestiona la Federación Vasca de Montaña. La luz se apaga temprano en esta época, así que pronto nos repartimos en las literas, tendemos la ropa húmeda y dejamos que la tarde fluya entre conversaciones y algún juego improvisado. Aprovechamos también para rematar los detalles de la ascensión. Compartimos estancia con otras montañeras, con quienes intercambiamos vivencias y hasta disputamos alguna partida de ajedrez. Joseba, Yoli y Tasio, los guardianes del refugio, nos reciben con humor mientras nos recuerdan las normas de este espacio que prioriza el respeto y la protección del entorno. Tras una cena casera y deliciosa que nos preparan con mimo, nos retiramos temprano a descansar.

El domingo amanece un día que parece un regalo, poco viento, sol y no mucho frío. Hasta la cima nos acompañarán nuestros compañeros de la Asociación IBILKI, https://ibilkibidaiak.wixsite.com/ibilki que, al igual que nosotros, apuestan por un montañismo inclusivo. Con Christian al frente, iniciamos la marcha con buen ánimo y mejores condiciones.

Empezamos el ascenso, en subida continua por terreno que alterna barro, roca y pradera. Disfrutando la naturaleza. Paramos a ver menhires, esto es un enorme yacimiento arqueológico según nos explica Christian, conocedor experto del parque natural. Terminamos de ascender el collado, ya encaramos el último tramo de subida. La Cruz de la cima nos observa, parece que nos está esperando. La subida es exigente, continua, empinada y larga, de las que se disfrutan y se padecen. Llegamos todos. Las tres barras sin incidencias y arriba como siempre nos abrazamos con la ilusión de haber conseguido otro pico, con el sentimiento de ser uno, de ser tres, de ser todos, de que la discapacidad no existe, porque todos podemos si hacemos equipo.

Afrontamos la bajada con prudencia, disfrutando el paisaje. Pasamos por la fuente de Arguiñao, paramos en el bosque de hayas centenarias y saludamos a la Virgen Blanca en la pequeña ermita excavada en la ladera. Continuamos hasta el refugio. Ducha reparadora, y cuando oscurece volvemos a pasar la tarde entre charla, juegos y risas. La sensación es como recuperar un tiempo pasado. No hay pantallas, ni redes sociales, no sabemos nada del mundo exterior. Y resulta una experiencia increíble. Si, sabemos estar juntos, hablar y reír, no hemos olvidado que somos seres sociales.

El lunes amanece increíble. Es como volver a la esencia natural. No hay luz. Solo el viento, el frío, las estrellas que se van apagando… Y sale el sol, que surge como un fuego furioso, rojo, que se va suavizando y nos regala una luz otoñal que le da un toque mágico al bosque. Los verdaderos dueños de la montaña son los caballos, las ovejas, buitres y alimoches que se dejan ver. Los mastines guardianes vienen a darnos los buenos días. Después de desayunar bajamos al parking. Ahora sí, disfrutamos el paisaje que el sábado nos ocultó la lluvia y la niebla. El Pico Gorbeia y su Cruz nos despiden quedando a nuestra espalda. Y a volver cada uno a nuestra rutina. Más fuertes, más contentos, más unidos. Una aventura muy especial, con un grupo muy especial.

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