LA FMM Y EL INSTITUTO POLACO DE CULTURA HOMENAJEAN A KUKUCZKA
Entradas de cine agotadas para conmemorar al alpinista
La muerte de Jerzy Kukuczka aquel 24 de octubre de 1989 en la cara sur del Lhotse fue una pérdida trágica no solo para el alpinismo polaco, sino para el alpinismo mundial. Por eso, la Federación Madrileña de Montañismo quiso unirse al Instituto Polaco de Cultura en la conmemoración de esta figura heroica con la proyección de la película Jurek, de Pawel Wysoczański.
La sesión tuvo lugar el pasado 13 de junio en los cines Golem de Madrid, con la participación de la directora del Instituto Polaco de Cultura Mirosława Kubas-Paradowska y de su coordinadora de proyectos (y escaladora) Iwona Zielińska- Sąsiada, además del presidente de la FMM José Luis Rubayo, que destacó la importancia de las cordadas polacas en la historia del alpinismo.
Cuando Kukuczka falleció tenía 41 años era el segundo ser humano en coronar los 14 ochomiles después de Reinhold Messner. Aunque el propio Messner le reconoció: «No eres el segundo, eres grande». Jurek (como se le conocía familiarmente) dedicó a este proyecto 7 años y 11 meses de su vida, fiel a un estilo alpino asombroso: abriendo nueve vías, cuatro variantes y con cuatro invernales, una de ellas también por vía nueva. Solo usó oxígeno una vez, en el Everest, cuando abrió la vía del Pilar Sur, pero en un tramo muy corto, porque se le acabó la botella y tuvo que seguir sin ella hasta la cima.
El alpinista vivió la envidiable Edad de Oro del Himalayismo, donde los alpinistas polacos sobresalieron especialmente con sus primeras invernales, en los años setenta y ochenta. El talento y la osadía que esta valiente generación de montañeros demostró se explica, en parte, por el contexto histórico y político del momento, cuando el Telón de Acero caía sobre la Polonia de postguerra. Bajo ese manto de opresión y penuria que siguió a la Segunda Guerra Mundial emergieron no solo Kukuczka, también Wanda Rutkiewicz, Voytek Kurtyka, Andrzej Zawada y Krzysztof Wielicki, a quien se le dio el año pasado el Premio Princesa de Asturias.
Fueron escaladores que se aventuraron hacia las montañas más altas de la Tierra en busca de libertad. Viajaron por Alaska, Sudamérica, Europa y los Himalayas mientras sus conciudadanos polacos estaban constreñidos por el régimen comunista.
Evidentemente, no gozaban de la misma calidad de viajes que otras expediciones. Iban en camiones en lugar de aviones, no tenían dinero para sherpas ni para un equipamiento de calidad.
Para saber más sobre estos monstruos del alpinismo polaco, os recomendamos leer Escaladores de la libertad, de Bernadette McDonald. Este fue uno de los libros que se sortearon entre los asistentes a la sesión cinematográfica, junto a Mi mundo vertical, de Jerzy Kukuczka, obsequios cortesía del Instituto Polaco de Cultura y de la editorial Desnivel, que también regalaron revistas de su número especial sobre alpinismo polaco y buffs.
El evento se celebró en los cines Golem de Madrid, una sala que ya tenemos felizmente asociada con el cine de montaña y que no hace mucho acogió el Festival Bilbao Mendi Film con un éxito de espectadores abrumador. Éxito que el otro día se repetió, con todas las entradas agotadas.
El alpinista Ramón Portilla y la escaladora y coordinadora de proyectos del Instituto Polaco de Cultura Iwona Zielińska- Sąsiada.
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