La transformación de la nieve en hielo requiere extremar las precauciones.
Es el momento más peligroso de la temporada. No hay suficiente nieve para cubrir las rocas que erizan las laderas y la poca nieve existente está dura como una piedra, debido al viento y las constantes alteraciones de temperatura.
Con estas condiciones, un resbalón es muy peligroso. Y lo peor es que el aspecto de montaña pelada que se ve desde Madrid llama a engaño y los excursionistas salen a la sierra sin crampones y piolet. En estos días, los pocos metros que separan una vertiente sur de una vertiente en umbría es la diferencia entre un buen día de campo y un accidente fatal.
Desde la Federación Madrileña de Montañismo hacemos un llamamiento a incrementar las medidas de seguridad: es necesario hacer uso de crampones y piolet durante el más mínimo tránsito por zonas de nieve.
Recordad, además, que las raquetas no suplen a los crampones: solo sirven para nieve primavera o polvo y en pendientes de 25-30 grados.
Tales precauciones deben mantenerse incluso con las nuevas nevadas que se anuncian para los próximos días, pues aunque la nieve recién caída parezca firme y segura, los mantos subyacentes seguirán demasiado duros.