Red de senderos de Madrid
El camino que lleva del puerto de los Cotos al monasterio de El Paular es una de las excursiones más recomendables que pueden emprenderse en la Sierra de Guadarrama para presenciar el singular nacimiento del río Lozoya, pues cruzaremos en diversas ocasiones los riachuelos que lo originan.
Así, pasado el refugio Pingarrón, pronto tendremos que atravesar el arroyo de las Guarramillas, donde se encuentra la famosa poza de Sócrates. Cuentan que, allá por 1940, un alemán manifestó al verla que era un lugar en verdad apropiado para la meditación filosófica, sin saber que no debe su nombre al sabio ateniense, sino a Sócrates Quintana (1892-1984), jugador del Atlético de Madrid; plusmarquista nacional de salto con pértiga, 800 metros y decatlón; pintor impresionista, grabador y funcionario de Hacienda, además de miembro hiperactivo del Club Alpino Español. Como tal, se preocupó de acondicionar la charca con un muro de contención para que los socios pudieran bañarse con una comodidad inusitada a inicios del pasado siglo. El muro ya no está, por evidentes razones ecológicas, y la poza mayéutica ya no es lo que era.
Valga la anécdota para seguir pasando pasarelas: las del arroyo de las Cerradillas y las del Angostura, que es como se llama el Lozoya en sus primeros kilómetros.
El último puente que cruzaremos será el del Perdón, que también tiene historieta: según la leyenda, aquí es donde, tiempo ha, los reos apelaban su sentencia ante el tribunal antes de que se les enviara a la Casa de la Horca, donde por el apelativo nos imaginamos que eran ejecutados. Cierto o no, el puente sirvió a los monjes del Paular para acceder al molino de papel de Los Batanes, que los cartujos regentaban. Como curiosidad histórico-literaria, de allí salió el papel con el que se imprimió la primera parte de Don Quijote de La Mancha. En todo caso, la construcción actual no es la original de 1302, sino otra del siglo XVIII.
El itinerario no presenta más que encantos a lo largo de sus 16,5km: agua, bosques de coníferas y unas vistas preciosas de la presa del Pradillo y de Cabezas de Hierro.