Una de las actividades más adecuadas para la rehabilitación de pacientes

Desde la Federación Madrileña de Montañismo estamos colaborando con el departamento de Oncología del Hospital Ramón y Cajal, a través de los grupos de marcha nórdica que promociona el Ayuntamiento de Madrid.

De los veintiún grupos en funcionamiento, uno está formado exclusivamente por pacientes del Ramón y Cajal, desde donde son derivadas para completar su recuperación practicando marcha nórdica, la gran aliada de la patología mamaria.

Instituciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud han señalado la importancia que para las pacientes con cáncer de mama tiene realizar ejercicio físico de forma habitual. Pero pocos ejercicios resultan tan beneficiosos como la marcha nórdica, al tratarse de una actividad suave de resistencia cuya técnica de marcha con bastones, abriendo y cerrando las manos, favorece el riego sanguíneo del brazo, estimulado por el balanceo.“Es un deporte sencillo y que puedo practicar siempre”, dice una de las integrantes del grupo, Cristina. “Había probado otros deportes, pero en la mayoría de ocasiones la limitación de mi brazo afectado me obligaba a dejarlos”.

Uno de los efectos secundarios más habituales tras la extirpación de ganglios y las sesiones de quimio y radio es el causado por la acumulación de líquido linfático bajo la piel, ocasionando hinchazón y afectando a la movilidad de brazos y hombros. Dolencia que parece mitigarse con una técnica correcta de marcha nórdica. “Ha sido fundamental para la recuperación del músculo que se comen los corticoides de la quimio. De hecho, me arrepiento mucho de no haber empezado antes, porque así hubiera evitado que mi linfedema fuese crónico”, comenta Angélica. “El otro día, mi fisio me felicitó por lo bien que lo tengo, me dijo que me vendaba muy bien, y lo cierto es que hace como dos meses que no me vendo, solo uso la manga para salir a caminar y trabajar”. También Mar ha experimentado las ventajas de la marcha nórdica: “Yo me inicié estando aún con quimioterapia, y enseguida empecé a notar sus beneficios: la activación de mi brazo, la postura, el tono muscular… incluso me sentía menos cansada”.

“Al inicio tienen una gran sensación de cansancio, lo que les lleva a ejecutar la actividad a un ritmo más bajo”, constata uno de los técnicos de marcha nórdica, Juanma Toribio. “Pero el uso de bastones les ofrece seguridad ante pérdidas de equilibrio y caídas. Además, integrar un hábito deportivo en sus vidas y la percepción de mejora física les motiva”. Más cuando el deporte en cuestión es fácil de aprender y se realiza al aire libre y en agradable compañía por los parques de Madrid.

Los grupos trabajan dos días por semana durante una hora y media. Después de varias sesiones y tras conocer la técnica, ya son autosuficientes y pueden planificar sus propios paseos y salidas, solas o con otras personas.

“Encontrar un grupo de gente  con el que compartir  experiencias similares ayuda a superar bajones”, confiesa Cristina. “Personalmente, he dado con el deporte que mejor se adapta a mí, y que me hace olvidar que hay cosas que no puedo hacer”. Mar coincide con su compañera: “Doy las gracias a las personas que ponen a nuestro alcance  actividades como esta, que nos curan y nos hacen sentir mejor, y animo a todas las mujeres que estén en nuestra misma situación a que lo prueben”.