Aprobación del anteproyecto por el Consejo de Ministros para su remisión a las Cortes Generales. Reflexiones del penúltimo paso, por Paco Cantó
A pesar del nuevo importante paso, de momento, no se atisban posibles ampliaciones a los bosques que conforman y complementan los valores naturales de esta sierra, sobre la propuesta original de las CCAA de Madrid
y CyL. Según la información oficial emitida por el Consejo de Ministros y el MAGRAMA, parece que no hay cambios de la primera versión, a pesar del acuerdo en el Consejo de la Red de los Parques Nacionales, con votos particulares de dos organizaciones conservacionistas, al respecto de su mejora y ampliación, y las declaraciones del ministro de ramo, Arias Cañete, que afirmó incorporaría el Monte de Valsaín, propiedad del Estado, y estudiaría la ampliación hacia los pinares de Rascafría, en su mayoría de propiedad particular. Habrá que ver el texto del anteproyecto cuando se publique, pero el plano que se adjunta no parece nada halagüeño. En todo caso son datos algo ambiguos o en apariencia incompletos, dejando todavía muchas dudas o incertidumbres. De momento en el BOE no ha salido nada, pero creo que deberá ser publicado en breve. También es posible que para efectuar estas mejoras se deba modificar el actual Plan Director de la Red de los Parques Nacionales y hasta la actual Ley de los mismos, aunque eso son palabras mayores, que dilatarían una vez más el proceso.
Bien es cierto y según me manifestó en su día el actual director del Organismo Autónomo de Parques Nacionales, D. Basilio Rada, ni el MAGRAMA ni el Consejo de Ministros pueden modificar la propuesta elaborada y presentada por los órganos legislativos soberanos de las CCAA, y por tanto solo en el trámite parlamentario estatal, con rango superior a los órganos regionales, se podrían realizar esas ampliaciones y mejoras, si los grupos parlamentarios así lo proponen y lo aprueban. Esperemos que así sea y los padres y madres de la patria tengan la máxima lucidez para ello, inspirándose en el espíritu puro de los pioneros guadarramistas y los primeros montañeros decimonónicos.
Reitero, como lo vengo diciendo hace meses, que debemos facilitar la máxima información a los ámbitos parlamentarios, para evitar que salga tal y como está ahora, pues sería un error que habría que subsanar más bien temprano que tarde, con grandes costes de todo tipo. Desde aquí invitamos a los diputados y senadores de las comisiones ambientales o al menos a quienes vayan a ser los ponentes de este tema en el Parlamento, para hacerles llegar el máximo de información posible y darles el máximo apoyo para un mejor resultado de sus trabajos.
Es innegable que es un punto de partida seguro, para asentarse y crecer, esperando que esta declaración suponga un cierto paliativo contra al urbanismo desmedido y otros modelos insostenibles de desarrollo, aplicados actualmente.
De momento su ámbito territorial se ha visto parcialmente condicionado por criterios ajenos a la conservación, y se han tenido que amoldar a circunstancias transitorias, para no bloquear su consecución global, y esperemos que el tiempo ponga las cosas en su sitio. Solo desde una visión técnica, neutral y aséptica, se logrará la adecuada gestión de ello.
El Parque Nacional tendría que ser claramente mayor y no nos resignamos a ello, como tampoco dejaremos de observar y ser críticos en su futura gestión, pero siempre en clave positiva y dando el máximo apoyo en todo lo posible para el cumplimiento de los objetivos de conservación y mejora del medio natural de esta Sierra. Todos los espacios naturales protegidos han sido ampliados después de su creación y algunos hasta triplicado o cuadruplicado su extensión original, como sucedió en los Picos de Europa.
El Parque Nacional no puede dejar fuera gran parte de las masas forestales más valiosas, con toda la fauna protegida y la flora monumental que alberga. La imprescindible ampliación deberá incluir de modo ineludible y entre otros puntos menores, pero al menos total o parcialmente, los pinares de Valsaín y de El Paular. En ellos anidan las únicas colonias de buitre negro de toda la sierra y hay también los únicos rodales de tejos, con algunos monumentales ejemplares milenarios, que ya solo por sí mismos son catedrales vivas y patrimonio de las generaciones venideras.
Otros aspectos y aclaraciones
En todo caso solo queda el mencionado paso legislativo estatal para que por fin sea una realidad este Parque Nacioanl, que todo lo que abarca es merecedor de ello, aunque todavía se deban incorporar algunas zonas de gran valor.
El proceso a pesar de lo lento y dilatado, no ha dado la debida participación directa a los sectores afectados y es algo que ahora se deberá subsanar, con un buen órgano de participación y que así para cuando se realice la gestión cotidiana y se redacte el PRUG, sí se tenga en cuenta a todos los interesados.
Sin duda todavía se darán muchos otros pasos, pero serán ya menores y condicionados por la Ley declarativa que emane de las Cortes Generales. Será tarea de todos hacerlo muy bien y garantizar la conservación y mejora de estos valiosos y emotivos territorios.
También queda, al menos en la zona madrileña, diseñar y declarar los espacios naturales protegidos que garanticen la conservación de la zona periférica del pie de la sierra, algo imprescindible para mantener y mejorar el buen estado natural del Parque Nacional. Urge también realizar este paso crucial y ya va siendo tarde si no se hace de inmediato.
Casi con seguridad, la vida y los usos en la sierra no cambiarán demasiado, pero sí es cierto que muchas normas y leyes, ya en vigor actualmente, se verán reforzadas y esperemos que se cumplan y se hagan cumplir, ahora sí, con todo su rigor, cosa que en la actualidad no se hace o se hace solo de modo puntual y sin la necesaria energía.
Existe también mucho desconocimiento de algunos aspectos cruciales, por el común de los habitantes y visitantes de la Sierra. Empezaremos por decir que se debería erradicar del todo el uso del falso topónimo, “Sierra de Madrid”, pues geográficamente no existe, ni nunca ha existido, ni debe existir, por la inexistencia de ese ámbito territorial, como tal, dado que una sierra es una sucesión de cumbres, teniendo por tanto dos vertientes y Madrid, en el caso de la Sierra de Guadarrama, solo ocupa una de las mismas, compartiendo su ámbito geográfico con Segovia.
Otro error es creer que van a existir más restricciones, cosa que en apariencia podrá suceder, pero que no será motivado por nuevas normas o regulaciones, solo serán ocasionadas por la adecuada ordenación de los usos, para evitar la masificación y deterioro de algunas zonas, pero en base a normativas ya preexistentes, que ahora no se aplican. Por ejemplo hace ya 30 años que no se puede hacer acampada libre en toda la sierra, si bien en ocasiones no se dice nada.
También a menudo se confunde lo que será el ámbito territorial y competencial del Parque Nacional y se mezclan conceptos o recriminaciones, con asuntos que están ubicados en las zonas periféricas o hasta en las áreas urbanas de las poblaciones del Parque Nacional. Un espacio natural protegido no puede abarcarlo todo, ni condicionar en todo, a los territorios que lo rodean y deben ser otras normas y pautas las que regulen los usos fuera del mismo, si bien procurando que no entren en total contradicción y el espacio natural protegido no salga perjudicado en sus valores interiores.
Con este nuevo espacio natural protegido se pueden generar muchas y buenas oportunidades de trabajo, que tan necesarias son, pero en absoluto se deberá permitir que solo se centren las mismas en convertir la sierra en un parque temático desnaturalizado y abusado por la ambición desmedida. Riqueza y desarrollo sí, para todos y para siempre sí, con prioridad para las iniciativas y emprendedores locales sí, pero sin conculcar las normas de conservación ambiental ni menoscabar en lo más mínimo los valores naturales que conformaron las esencias de este territorio.
Por último decir que esto solo es un nuevo principio en la conservación de la Sierra de Guadarrama, el inicio de una ruta, con un nuevo plano y nuevos hitos, pero hay que trabajar mucho y muy bien para no perderse, y en ello debemos estar todos, si bien, les toca a los poderes públicos dedicar cuanto antes, los necesarios recursos humanos y económicos, para que no se quede en algo solo teórico, de papel o en una mera operación de imagen. Solo con el máximo compromiso político e institucional, procurando el más alto rigor técnico y científico, por parte de todos, será este nuevo Parque Nacional una verdadera realidad y ejemplo de excelencia para otros lugares similares.
Salud, deporte y nos vemos por el monte.
Paco Cantó Paco Cantó. Vocalía de Medio Natural de la Federación Madrileña de Montañismo
11 de septiembre de 2012